Stories & Reflections
Khalil Gibran dijo que hace 20 siglos, los hombres aman a la debilidad en la persona de Jesús y no entienden su poder.
Jesús no vivió como un cobarde ni murió quejándose ni sufrido. Mas vivió como un revolucionario y fue crucificado como un rebelde.
“No era un ave con las alas rotas, pero una violenta tormenta que rompió las alas de otras aves.”
“No fue una víctima de sus perseguidores ni sufrió a manos de sus verdugos – pues era libre delante de todos.”
“Vino a soplar en nosotros un alma nueva y fuerte, que hace de cada corazón un templo, de cada alma un altar y de cada ser humano un sacerdote.”
Mirando cuidadosamente su vida, vemos que, aunque sabía que su muerte era inevitable, trató de darnos una sensación de alegría en cada gesto.
Él debe haber pensado mucho antes de decidir, cuál sería el primer milagro a realizar.
Debe haber considerado la curación de un paralítico, la resurrección de los muertos, la expulsión de un demonio, algo que sus contemporáneos consideraban como un “acto noble”, después de todo, era la primera vez que se mostraría al mundo como el Hijo de Dios.
Y está escrito, su primer milagro fue convertir el agua en vino – para animar una fiesta de bodas.
Que la sabiduría de este gesto nos inspire y esté siempre presente en nuestras almas:
la búsqueda espiritual es la compasión, el entusiasmo y la alegría también
Traduccion: Roberto O. Millán